28.1.11

Changing seasons of my life

Me acuerdo que hace no más de un año estaba completamente obsesionada con la saga Crepúsculo. Entraba todos los días a la página hecha por fanáticos como para informarme sobre todo lo que ocurría en relación a estos libros. (ej.: "OH NOOOO, Robert Pattinson se cortó el pelo!!!!!!!!!!!"). Todavía tengo mi habitación casi empapelada con pósters de la película (llego a mi casa y los arranco a cuatro manos, hasta los quemaría, pero eso ya es demasiado dramático), recuerdo haber pagado 5 veces la entrada del cine para ver Luna Nueva, y me sabía los diálogos de Crepúsculo de memoria (me los sigo sabiendo). Wow, era un poquito idiota nomás. Vivir así se año equivalió a congelar mi cerebro, porque realmente no tenía muchos pensamientos fuera de esto. Pérdida de tiempo total. Si esos libros salieran ahora, creo que los odiaría tanto como odio a Justin Bieber, no pueden ser más comerciales porque no les alcanzan las páginas. 
Por favor, un VAMPIRO perfecto que se enamora de una chica común, medio feúcha. Y se enamoran perdida, obsesiva y enfermizamente. De sólo pensar que la historia salió de la mente de una mujer adulta, me pongo nerviosa. Hay que tener caca en la cabeza para poder escribir miles de páginas llenándolas de pelotudeces. Porque lo mío es justificable, leí el libro a los 13 años, pero que los haya escrito una mujer madura no tiene sentido. Una mujer que tiene hijos, una mujer que no sólo terminó la secundaria sino que tiene estudios universitarios... No sé, por alguna razón no me cierra.
Y yo, al igual que tantas otras, una tarada inexperienciada creyéndome que las relaciones son más o menos así. Experiencia, claro está, me sigue faltando, pero por lo menos estoy muy segura de que en esos relatos, absolutamente nada es real, ni parecido a la vida humana.

Sí, creo que cambiante es la mejor palabra para describirme. E indudablemente voy a pagar una entrada de cine para ver la última película de la saga, como para cerrar un ciclo. Y porque los actores están un poquito buenos.

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