10.1.11

-bip

No me importa lo que los demás digan de mí, pero tampoco me divierte ir pasando papelones por ahí, cuando no existe ninguna necesidad. La puta que me parió, tanta vergûenza iba a pasar? Que me parta un rayo.
Pero buen, ya está.

Por otro lado, ayer descubrí que tengo tendencias maníaco-depresivas. En serio, ayer no había nada en el mundo que hiciera que yo no fuera la persona más maravillosa del mundo, estaba hiperactiva y sentía que era super-woman. Todo me parecía perfecto, nada me preocupaba. Hoy, en cambio, no tengo ganas ni de moverme, siento que soy un moco verde y hasta la más mínima idiotez me parece un obstáculo impenetrable. Este cambio suele sucederme un par de veces a la semana, no puedo creer que recién me acabo de dar cuenta. En una persona normal, su humor varia según la situación externa. Es decir, algo malo le pasa, florece el mal humor. Causa: algo malo sucede, consecuecuencia: mal humor. En mi caso, este patrón no se cumple, ya que yo reacciono ante las causas externas según mi humor, el cual no depende de absolutamente nada. Puedo ser infeliz aún cuando todo me sale excelente, como también puedo estar exultante rodeada de desgracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario