Llega a ser verdad que viene paramore a Argentina en febrero del próximo año, y yo me convierto automáticamente en la persona más feliz del universo, sin lugar a dudas.
Puede sonar exagerado, pero si me esfuerzo por pensar en algo mejor que me podría pasar, no se me ocurre nada. El sólo hecho de imaginarme comprando la entrada, me hace emocionar tanto que casi lloro, y ni hablar de cuando estén ahí, en frente mío, tocando. No. Me muero ahí mismo.Juro que si vienen voy a intentar retribuírle al universo con acciones buenas en forma de agradecimiento, porque algo taaaaan extremadamente increíble merece que me convierta en santa.
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