Si hay algo que aprendí este año, es que no hay que criticar a la gente por las cosas que hace y piensa o por cómo es (reconozco que aún no lo puse en práctica, pero me comprometo a hacerlo en un futuro cercano). En serio, no sólo es algo estúpido, ya que normalmente criticamos a gente que no conocemos, y por ende, no sabemos cuál es su situación realmente, sino porque no somos nadie para juzgar a los demás. Además, por mi propia experiencia puedo decir que muchas veces terminamos haciendo lo que criticábamos de los demás. Yo este año hice cosas, que si el año pasado alguien me hubiera dicho que iba a ser, no lo habría creído (ninguna locura, aclaro, pero yo solía ser demasiaaaaaado conservadora y cerrada a todo). A veces siento que soy una mierda, o un desastre de persona, pero eso es porque no pienso antes de hacer nada, y bueno, después están las concecuencias.
Retomando lo de las críticas, quería decir que no le hacen bien a nadie, porque no suelen ser constructivas y muchas veces son crueles. No digamos cosas al pedo, podemos herir mucho a las personas sólo con un comentario. Claro, cuando decís algo malo de los demás te sentís "mejor" con vos mismo, porque no tenés la cualidad que estás censurando, pero es en realidad una falsa sensación de mayor seguridad que luego se desvanece.
Mejor que hablar mal sobre lo ajeno es valorar e imitar lo positivo, siempre tratando de superarse a uno mismo, y no al otro.
Bue, escribo como si mil personas fueran a leer esto, cuando casi nadie tiene mi blog.
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