Controlar es dejar que algo sea, pero no dejarlo demasiado. Pero existiendo el (gran) riesgo de que aquello que se intenta controlar crezca más de lo debido, para qué dejarlo ser? Sólo implica el esfuerzo de impedirlo. No sé si me pinta dejarme fluir, porque odio arrepentirme de lo que hago, aunque más odio (y me sucede más frecuentemente) arrepentirme de aquello que no hago. Así que claro, tendré que permitirme fluir, pero no demasiado, y aquí lo más complicado, alcanzar ese puto equilibrio
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