17.9.11
Sé miró la palma de la mano, y sintió que no necesitaba observarla para crearse una imagen mental de ella, ya había comprendido. La palma, el dorso, ambos lados de la ambigüedad que la componían como persona, o como ser, o como algo que es. Porque al fin y al cabo, todo es y no es, simultáneamente, y no el lado del bien o del mal, porque eso no existe, sino porque todo tiene una cara oculta, opuesta a la externa. El problema reside en la posibilidad de coexistencia externa de un mismo carácter, ahí es cuando todo se torna un poco más confuso, esa barrera tiene que estar presente para que todo surja con fluidez y sin contradicción.
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