28.12.11

2011

9.1.11


De ahora en adelante no voy a hacer nada que no me guste o no tenga ganas de hacer. Me harté. Chau.
Y sí que lo cumplí.

Bueno, al final tengo más de lo que merezco. Fue el año más paja de mi vida, el año en el que no hice nada que no tuviera ganas, me mandé diez millones de cagadas y actué impulsivamente casi todo el tiempo. La verdad no fue productivo, fue un recreo de lo que siempre fui, y probablemente me sirvió para aprender a balancear lo que hago. No va conmigo no hacer nada, no va conmigo vivir drogada, yo estoy para hacer lo justo y necesario. Los logros no son absolutos, son en función del esfuerzo aplicado, y la verdad que estos 365 días no lo apliqué en absoluto. Si bien perdí la gran disciplina que regía mi vida, gracias a eso me siento más yo, me construí muchísimo como persona, conozco mucho mejor mi forma de pensar y ahora la puedo controlar más. Es cierto que físicamente estoy mucho peor, sin duda producto de mis ganas de no hacer nada que no quisiera, y me hago totalmente responsable. En fin, estoy contenta, me quiero más y estoy orgullosa de ser quién soy. No viví nada extremo, pero claramente no soy de las que se quedan en sus casas esperando algo.
Bueno, fue un año para pensar, para conocer gente (bastante más de lo normal considerando mi historial altamente antisocial), para aceptar mejor lo que no me agrada y hacerme respetar un poco más. Ninos.

13.12.11

Me gustaría formar parte de algo grande, tener sentimiento de pertenencia hacia algo importante. Pero no, nunca en la puta vida voy a coincidir en algo con una masa, siempre voy a pertenecer a lo mínimo. Le doy una vuelta de más a todo, y gracias a eso termino más atrás, porque de tanto pensar las cosas pierden su encanto. Y si no pienso, me siento culpable, como que podría comprender mejor pero no lo hago, y por ende lo pienso y empeora todo. Basta de obsesiones, de pensamientos absurdos y repetitivos, de rutina. Quiero ser una nueva, me harté hasta el quinto forro del orto de mí misma. Bye.